Esta pequeña pero hermosa ciudad está situada en el centro-noroeste de España. Forma parte de Castilla y León y es muy fácil desplazarse a ella desde Madrid, gracias al AVE que une estas dos localidades en una hora y media. También es posible llegar en tren desde Valladolid o Segovia en menos de dos horas. Por lo que disfrutar de un día o un fin de semana en la ciudad que atraviesa el río Duero no llevará más de un par de horas desde el centro de España.
Zamora está en gran parte rodeada por una muralla que data de la época romana. Este municipio es el que más edificios románicos alberga de Europa, por lo que su patrimonio histórico es realmente relevante. Desde el puente de Piedra se puede llegar a la Catedral de Zamora por la Avenida de Vigo. Este templo de estilo románico es el más pequeño de Castilla con relación a otras catedrales pero eso no es indicativo de su nivel de belleza, caracterizada por las bellas escamas de piedra que recubren la cúpula. El Castillo que descansa en lo alto de la ciudad fue construido en el siglo X por lo que corresponde al periodo medieval. Tras visitarlo y recorrer sus alrededores, desplazarse al Portillo de la Lealtad y a la Iglesia de San Isidoro, es una buena continuación. Descubrir estrechas callejuelas y poder degustar platos típicos de la zona como un rico cocido castellano, unos turriyones alistanos o pastas aceitadas harán que la visita merezca aún más la pena. Terminando la visita de la ciudad visitando la Plaza Mayor y el Parador de Zamora, palacio renacentista del siglo XV.
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