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Viajar en tren a Estrasburgo es la mejor manera de conocer esta ciudad de Francia donde se unen la esencia francesa y la alemana.
En la región cultural e histórica de Alsacia se encuentra la ciudad francesa de Estrasburgo, concretamente en el este del país. Gracias a su centro histórico, caractarizado por sus calles medievales y casas pintorescas, Estrasburgo forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En este destino fronterizo verás una mezcla de dos culturas, la francesa y la alemana.
Para conocer esta increíble ciudad, nada mejor que viajar en tren a Estrasburgo, ya que es una de las mejores maneras de conocerla. En Trainline puedes reservar billetes sin pagar tasas adicionales.
La estación de trenes central de Estrasburgo, Strasburgo centrale, se encuentra ubicada en la plaza de la Gare y se encarga de recibir cada día a miles de viajeros procedentes de diferentes ciudades de Europa. Viene prestando servicio desde el año 1883 y cuenta con trece vías a las que llegan y desde la que salen numerosos ferrocarriles a diario.
Por ejemplo un viaje desde Barcelona a Estrasburgo se puede realizar en 20 horas y 13 minutos, aunque es necesario tener en cuenta que hay que hacer dos trasbordos. Otra opción es coger un tren desde Madrid a Estrasburgo, que tarda 29 horas y 56 minutos. También en este caso son necesarios dos cambios.
La forma más rápida y barata de trasladarte desde el aeropuerto de Estrasburgo hasta el centro es en tren, que tarda solo 9 minutos. Desde la estación de trenes y para moverte por la ciudad tienes varias opciones de transporte público.
El centro histórico de la ciudad de Estrasburgo es un islote situado en el río, conocido como Gran Isla. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1988, este espacio con forma de elipse ofrece lugares tan interesantes como la Catedral, con su popular reloj astronómico y conocida también por ser la cuarta iglesia más alta del mundo.
Es un ejemplo del gótico alemán, pese a encontrarse en Francia. Y es que la ciudad ha pertenecido a un país y otro a lo largo de la historia. Como contraste, hay que pasear por la Petit France, un barrio de casas típicas alsacianas, balcones con flores y canales.
Otros importantes edificios religiosos de la ciudad es la iglesia de Santo Tomás, que alberga un órgano en el que tocó Mozart; la de San Pedro el Joven, con una cripta del siglo V; y la de San Pedro el Viejo, con obras del siglo XV y varios retablos. Los apasionados de los museos podrán repasar la fauna alsaciana en el conocido como Zoológico, contemplar obras de arte procedentes de la Catedral en la Casa de la Obra Notre Dame, o conocer todo lo relacionado con la ciudad en el de Historia.
Para ver obras de Picasso o Monet, lo mejor es acercarse hasta el museo de Arte Moderno. Más curioso es el de Vudú, donde se tendrá la oportunidad de contemplar una de las colecciones originarias más importantes de África Occidental dedicadas a este tema. Y para conocer la tradición chocolatera de esta región, una de las principales exportadoras del país, imprescindible hacer una visita al de Chocolate.
Para quienes viajan con niños hay muchos lugares donde toda la familia va a poder entretenerse como el Europa Park, uno de los parques temáticos más visitados y más grandes de toda Europa. En el Parc du Petit Prince, los pequeños se van a divertir aprendiendo todo lo relacionado con el universo, por algo aquí es donde cayó el meteorito que se estudió por primera vez en todo el mundo. En épocas de calor lo mejor es hacer una visita a Nautilando, un parque acuático con toboganes, cascadas y piscinas donde refrescarse y divertirse.
Dependiendo de la época en la que se haga una visita a Estrasburgo, se va a poder disfrutar de algunos eventos tan importantes como el festival Internacional de Música Clásica que cada mes de junio tiene lugar en la Catedral. Durante los meses de julio y de agosto, el arte inunda las calles de la ciudad que se iluminan con luces, bailes populares y conciertos para festejar la llegada del verano. Y si se tiene la suerte de llegar a esta ciudad durante los meses de noviembre y de diciembre, se será partícipe de cómo la capital de la Navidad se viste de encanto con sus mercadillos de artesanías y con el aroma de vino caliente con especias que inunda sus calles.