Viajar en bus a Cuenca es descubrir una ciudad que parece haberse detenido en el tiempo. Sus casonas, templos, iglesias y calles empinadas se erigen en una curiosa ubicación, sobre un cerro rocoso y entre las hoces de los ríos Júcar y Huécar. Forman un conjunto monumental de gran riqueza y singularidad que es parte del patrimonio de la humanidad de la Unesco desde 1996. La vida parece tener otro ritmo en esta ciudad manchega, rodeada de una naturaleza excepcional que rivaliza en belleza con su gran patrimonio artístico e invita a disfrutar de actividades como el senderismo, la escalada y otros deportes de aventura.

Comprar billetes de autobús a Cuenca

La estación de autobuses de Cuenca está ubicada en la calle Fermín Caballero, 20, a menos de 1 km del casco antiguo de la ciudad. Desde esta terminal salen líneas que conectan la ciudad con el resto de capitales provinciales de Castilla-La Mancha. Se trata de un servicio público gestionado por las compañías AISA, Guadalbús, y Alsina S.L. con varias salidas diarias a las localidades de Ciudad Real, Guadalajara, Toledo y Albacete. Los horarios varían los días laborables y los fines de semana y los precios de los billetes se sitúan entre los 11€ y los 19€ en función del destino final. Desde Cuenca también es posible viajar a pequeñas poblaciones de los alrededores, como Alcázar del Rey, Arcos de la Sierra o Fuentes a bordo de los autobuses de las empresas Parra, Grupo Samar y Monbus. Pero, sin duda, la ruta más popular es la que conecta la ciudad con la capital española. Además de viajar en tren a Cuenca desde Madrid, es posible hacerlo en aproximadamente 2h 5min a través de las líneas que ofrece el Grupo Avanza. Las salidas se realizan en la estación Méndez Álvaro, con una frecuencia de nueve al día entre las 06:45h y las 22h. El precio de los billetes es de 15,40€.

 

Transporte público en Cuenca

Desde la estación de autobuses de Cuenca es muy fácil llegar al centro de la ciudad, pues se encuentra a una distancia de unos 10 minutos a pie. Los viajeros que prefieran utilizar el transporte público pueden elegir entre el servicio de taxis o la red de autobuses urbanos.

Hay cuatro líneas de buses urbanos operativas con las que es posible llegar a casi cualquier punto de la ciudad en horario diurno, por lo que es muy sencillo moverse en bus por Cuenca. En la misma estación de autobuses paran dos de ellas: la línea 1 lleva al centro de la ciudad y al casco antiguo, donde se encuentran gran parte de los puntos de interés. En sentido contrario, enlaza con la estación de Cuenca Fernando Zobel, última parada del recorrido. La línea 6 pasa también por el centro de Cuenca, pero se desvía en dirección opuesta al barrio histórico para llegar a otros lugares de interés como el centro comercial, la universidad y la plaza de toros. El precio del billete sencillo es de 1,20€ para cualquier trayecto, excepto para la línea 1 que tiene una tarifa especial de 2,15€. Existen bonos de 10 viajes a disposición de los viajeros, a un precio reducido de 6,30€.

El servicio de taxi funciona las 24 horas del día, con una parada a la salida de la estación de autobuses, y es la única opción de transporte público nocturno en Cuenca. Como es habitual en este tipo de vehículos, la tarifa se calcula en función de la distancia y la duración del trayecto.

Para los viajeros que necesiten hacer conexiones con la red ferroviaria de Media Distancia, la terminal de autobuses se sitúa prácticamente al lado de la estación de tren de Cuenca, a solo 150m.

 

Visitar Cuenca

La estación de autobuses de Cuenca se encuentra en la parte baja de la ciudad, la más moderna, y se puede llegar al centro fácilmente a pie, en pocos minutos. Sin embargo, la particular orografía de Cuenca hace que sea más recomendable comenzar a recorrerla desde la parte alta. Para ello, solo hay que coger la línea 1 de bus urbano y descender en la última parada del recorrido, la plaza Mayor. Esta plaza es el centro neurálgico de la parte antigua y una de las más monumentales y bellas de la ciudad. Aquí se pueden ver joyas arquitectónicas como el edificio del ayuntamiento, de estilo barroco, el convento de las Petras, el palacio Episcopal, que alberga el museo Diocesano, y la más impresionante de todas, la catedral, del siglo XII, una construcción excepcional que mezcla elementos del románico y del gótico con otros propios de los siglos XIII a XV.

A unos 7 minutos a pie, en el final de la parte alta, se pueden visitar las ruinas del castillo medieval del siglo XIII, del que aún se conserva parte de la muralla. De regreso hacia la plaza Mayor y a poca distancia se encuentran las famosas casas colgadas de Cuenca, enclavadas en los riscos sobre el río Huécar. En el interior de una de ellas se ubica el museo de arte abstracto, uno de los 10 disponibles en el centro histórico. Siguiendo el recorrido hacia abajo, es posible ver los llamados “rascacielos” del barrio de San Martín, unos curiosos edificios que, por un lado, tienen cuatro pisos y por el otro más de 10, y otros monumentos destacables como la torre neomudéjar de Mangana o los túneles medievales de la calle Alfonso VIII. El centro histórico es también la mejor zona para alojarse y probar la gastronomía local, desde las tapas de los bares situados en la calle San Francisco a los restaurantes de la plaza Mayor, en los que ofrecen recetas típicas de la zona. Para terminar la visita a Cuenca, nada mejor que dar un paseo por la orilla del río Huécar hasta las afueras de la ciudad, rodeado de naturaleza.

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