Estaciones principalesRennes
Compañías ferroviariasSNCF, Eurostar, TGV Lyria, DB-SNCF
AeropuertosAeropuerto de Rennes-Saint Jacques
Transporte públicoAutobuses urbanos, tranvías, taxis
Tarifas y tarjetas de descuento

Tarjetas y abonos de SNCF

 

Tren a Rennes: la ciudad más cosmopolita de Francia

Rennes se encuentra al noroeste de Francia, en la confluencia de los ríos Vilaine e Ille. La capital de la región de Bretaña no solo es conocida por su animado ambiente universitario, sino también por tener el segundo mercado más grande de Francia, Lices, y por ser la sede del festival Transmusicales, uno de los más populares del país.

Aunque Rennes está muy bien conectada, una de las mejores opciones, también la más cómoda, para llegar a ella es en ferrocarril. Mediante el portal Trainline el viajero puede ojear los viajes en tren a Rennes más baratos y, además, adquirir el billete con diversas comodidades y ventajas. Una de ellas es la disponibilidad de variedad de formas de pago: Paypal, Mastercard, Apple Pay o Visa.

 

Reserva tu viaje en tren a Rennes

La estación de tren de Rennes se encuentra en la céntrica plaza de la Gare, muy próxima a la plazas de la República y del Parlamento de Bretaña. El edificio cuenta con un amplio catálogo de servicios en sus instalaciones, como restaurantes, salas de espera, cajeros automáticos, bares o cabinas telefónicas, que garantizan la comodidad del viajero mientras espera la partida de su tren.

Este edificio modernista es parte integrante de las rutas Rennes-Saint Malo, Rennes-Redon y París-Brest. Además, gestiona un completo servicio de trayectos a destinos regionales y nacionales, como Nantes, Quimper o Lannion. A estos se añaden los servicios llevados a cabo por los trenes Intercity y los TGV de alta velocidad operados por SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses), los cuales conectan con algunos destinos muy populares.

Viaja en tren desde Barcelona a Rennes en 9 horas y 20 minutos haciendo una escala. En Trainline encontrarás también otras opciones que, si bien tardan más, salen más baratas. También puedes aprovechar para visitar la capital gala y coger luego un tren desde París a Rennes que tarda 1 hora y 34 minutos, o desde Rennes a Marsella en 5 horas y 45 minutos. Gracias a dichos servicios de alta velocidad también es posible llegar a Lyon en 3 horas y 51 minutos o hasta Le Mans en 45 minutos. Cualquiera de estos trayectos están disponibles en el portal Trainline, donde el viajero puede comparar precios y hacer una reserva acorde a sus expectativas.

Transporte público en Rennes

Rennes dispone de una completa red de transporte público, que conecta con el aeropuerto Saint Jaques, con la estación de trenes, con el resto de los barrios y con el centro de la ciudad.

  • Metro: El sistema de metro está integrado por la línea A. Esta dispone de 15 paradas diseminadas por la ciudad, permitiendo al viajero cruzarla de un punto a otro en poco tiempo. Su horario de funcionamiento es de 5:00 a 00:40 horas.
  • Autobús: El viajero también tiene a su disposición la red de autobuses STAR. Está integrada por 149 líneas, las cuales llegan a cualquier punto de la ciudad, incluidos la estación y el aeropuerto.
  • Taxi: La ciudad francesa dispone, además, de servicio de taxis, gracias al cual el viajero podrá desplazarse cómodamente al destino deseado. Encontrará paradas en la estación de tren, en el centro de la ciudad o en el aeropuerto.
  • Bicicleta: La ciudad bretona cuenta con un sistema público de préstamo de bicicletas compartidas o Vèlo Star. Los puntos de recogida se ubican junto a las estaciones de metro, autobús y tren. El viajero también puede recurrir al alquiler de bicicletas e incluso tiene a su disposición un servicio de taxi-bicicleta, que le permitirá conocer la ciudad sobre ruedas.

Qué visitar en Rennes

Una vez llegado el tren a Rennes, el viajero puede comenzar a disfrutar de los encantos de esta ciudad gala. Muchos de ellos se aglutinan en el corazón urbano, el cual está muy cerca de la estación. Entre sus calles se cuelan el Parlamento que, curiosamente, nunca ha ejercido como tal y ha sido sede del Tribunal de Justicia. En este edificio llama la atención la sencilla y clásica decoración de su fachada y las esculturas doradas que coronan su tejado. Aquí también están la catedral de Saint Pierre, cuya fachada es uno de los mejores ejemplos del neoclásico, la plaza Champ, jalonada de coloridas viviendas del siglo XVII con entramado de madera, o la animada plaza de Santa Ana, rebosante de bares, restaurantes y terrazas.

En el mercado Lices, el cual se celebra desde hace cuatro siglos, el visitante encontrará centenares de productos locales, pues es el segundo más grande Francia. Tras esta experiencia de sabores, aromas y olores, no hay mejor plan que relajarse en el parque del Thabor, que incluye un gran jardín botánico, otro de estilo francés y una gran rosaleda, entre los que se cuelan senderos decorados con bonitas estatuas.

Los amantes de la cultura no pueden abandonar la ciudad sin hacer una visita al museo de Bellas Artes, que incluye cuadros, esculturas y otros objetos desde el siglo XIV al XX, entre las que se encuentran obras de Picasso o Rubens. O al museo de Bretaña, que permite hacer un recorrido por la historia de Bretaña: desde la Prehistoria hasta la actualidad.

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