Estaciones principalesNapoli Centrale
Compañías ferroviariasTrenitalia, Italo
AeropuertosAeropuerto Internacional Capodichino
Transporte públicoTren, metro, autobuses urbanos, taxis
Tarifas y tarjetas de descuento

CartaFRECCIA

 

La ciudad vecina del monte Vesuvio ofrece arte y cultura en cada esquina. Viajar en tren a Nápoles es la mejor forma de visitar esta villa del Mediterráneo

Nápoles, la bella terra italiana

Nápoles es una ciudad italiana ubicada cerca del Vesubio y mirando al mar. Llena de color, tiene fama de ser un destino con un tráfico caótico y bastante ruidoso pero ese punto le da precisamente su encanto. Está cerca de Pompeya, donde podrás visitar la ciudad que quedó sepultada por las cenizas del volcán. 

 

Reserva tu viaje en tren a Nápoles

La estación Central de Nápoles es la principal no solo de la ciudad sino también de Italia meridional. La terminal posee modernas instalaciones adaptadas para recibir a personas con movilidad reducida. Tiene también cafeterías y tiendas. Se encuentra situada a pocos metros del casco histórico y a pocos minutos del puerto.

Viaja en tren desde Barcelona a Nápoles en 22 horas. Trainline te ofrece un viaje cómodo que tiene una duración de entre 22 horas y 23 minutos y 23 horas y 3 minutos. Otra opción, si ya estás en Italia, es coger un tren de Roma a Nápoles. En el portal encontrarás una conexión directa con salida desde la capital italiana en tren de alta velocidad en un trayecto que dura 1 hora 6 minutos. Una vez en el destino puedes irte de excursión a Pompeya, cogiendo un tren de Nápoles a Pompeya que tarda 48 minutos.

Transporte público en Nápoles

Los viajeros pueden llegar hasta el centro desde el aeropuerto internacional Capodichino o desde la estación Central de Nápoles haciendo uso del transporte público como el autobús. También tienes la opción de coger un taxi en la misma salida de la terminal. Para moverte por la ciudad tienes varias opciones.

  • Metro: Nápoles cuenta con la línea 1, que recorre la ciudad, y la línea 6, que se opera con un metro más pequeño y ligero.
  • Autobús: El visitante tiene a su disposición una red de autobuses que salen de la plaza Garibaldi, donde también se encuentra la estación Central. La red de buses cuenta con más de 200 líneas diferentes que recorren la ciudad. También hay trolebuses.
  • Funiculares: El sistema de transporte público de Nápoles lo completan 4 funiculares que son necesarios, por la estructura de la ciudad, para llegar con más facilidad a lugares como el barrio Vomero.

Qué visitar en Nápoles

Viajando en tren a Nápoles tienes la posibilidad de hacer un viaje más confortable y divertido, llegando a la estación central de la ciudad, que te deja a pocos minutos del centro. Una vez ahí podrás empezar una ruta por este destino italiano.

Empieza el recorrido por la piazza del Plebiscito, donde se concentran algunos de sus lugares de interés, como el Palacio Real, el de Salerno o la Basílica de San Francisco de Paula. Los napolitanos son muy supersticiosos y dicen que, si logras andar, con los ojosvendados, desde el Palacio Real hasta las estatuas de los dos caballos, vas a tener suerte.

Caminando por el centro te encontrarás con el castel dell´Ovo. La leyenda dice que Virgilio, el poeta, escondió en los cimientos un huevo mágico que protegió al edificio y a la ciudad de posibles catástrofes. Se puede visitar gratuitamente y lo mejor es subir a su terraza, desde donde se ven unas impresionantes vistas del mar, la ciudad y el Vesubio.

Acércate al puerto, desde donde también verás el Vesubio, que está situado a 9 kilómetros. El volcán es sobre todo conocido porque entró en erupción y las cenizas de la misma sepultaron la ciudad que estaba a sus pies, Pompeya, cuyos restos, muy bien conservados, se pueden visitar. Desde el puerto también podrás ver las tres pequeñas islas de Capri, Isquia y Procida.

La calle Partenápoles es conocida por ser la vía que divide la ciudad en dos partes. Allí puedes visitar la iglesia de Jesús Nuevo, cuya fachada pertenece a un palacio señorial del siglo XV. Subiendo por la calle Duomo se llega hasta su imponente Catedral, que ha tenido que ser restaurada varias veces por culpa de los terremotos. En su interior se puede ver la capilla de San Jenaro, patrón de la ciudad, donde se conserva intacta las reliquias de la sangre santa.

En la plaza Bellini se pueden encontrar varios cafés donde te puedes sentar y disfrutar de las vistas y el pórtico medieval que conduce al Palacio de San Felipe y al castillo Capuano, que es uno de los cuatro que vigilan la ciudad datado de la época normanda.

En sus alrededores hay varios restaurantes en los que tienes que probar la pizza napolitana, que dicen que es la mejor del mundo. La auténtica aquí es la margarita, aunque también puedes escoger otras. Hay otros platos típicos en Nápoles, como fritura de pescado o babà col rum. Para digerirlo todo mejor, pide un limoncello di Sorrento.

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