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Situada en la desembocadura del río Tajo, es la capital y la ciudad más grande de Portugal. Con un agradable clima la mayor parte del año, destaca por la unión de historia y tradición. Su ubicación cercana a España hace que coger un tren a Lisboa sea una de las mejores opciones para visitarla. En Trainline puedes reservar sin pagar tasas adicionales y adquirir tus billetes pagando con Apple Pay, Paypal, Mastercard o Visa.
Lisboa cuenta con dos estaciones de tren principales: Santa Apolonia y Oriente. La primera fue inaugurada en 1865, con un solo andén, y se encuentra en el centro de la ciudad, con fácil acceso a los principales lugares de interés. De un estilo arquitectónico muy diferente es la segunda, situada al este y diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava. Fue inaugurada en 1998 para que pudiera ser usada durante la Expo. Ambas estaciones son accesibles para personas con movilidad reducida y ofrecen servicios como sala de espera, consignas para el equipaje, bares o restaurantes, zona comercial y alquiler de coches.
Viaja en tren de Madrid a Lisboa con Renfe. En Trainline puedes reservar tu viaje, que tiene una duración de unas 10 horas y 40 minutos. Otras ciudades españolas también están conectadas con la capital portuguesa de forma directa. Viaja en tren de Ávila a Lisboa en un trayecto de unas 9 horas y 10 minutos, o escoge la ruta de tren desde Salamanca a Lisboa que tarda aproximadamente 7 horas y media.
Tanto los visitantes que llegan al aeropuerto de Lisboa como aquellos que lo hacen en tren o autobús a las estaciones de Santa Apolonia, Oriente o Sete Rios disponen de diferentes opciones de transporte para llegar al centro de la ciudad. Para moverse por el destino también se pueden utilizar varios medios de transporte.
Viajar en tren a Lisboa, a la estación de Santa Apolonia, permite llegar al corazón de la ciudad y lanzarse a explorar su centro histórico. Se puede comenzar deambulando por las sinuosas y adoquinadas callejuelas de la Alfama, entre casas de colores, hasta llegar al castillo de San Jorge, desde donde se puede disfrutar de espectaculares vistas de la ciudad. Desde aquí, se vuelve a bajar hasta llegar a la plaza del Comercio, pasando por el elevador de Santa Justa o por su espectacular catedral.
Otro barrio que merece la pena visitar es Belem, para conocer la famosa torre del mismo nombre, el Monumento a los Descubridores o el precioso monasterio de los Jerónimos y probar los típicos pasteles de Belem. De la gastronomía portuguesa tampoco hay que perderse alguno de sus pescados, como el bacalao o la sardina asada, acompañados de un vino de la zona. Para hacer unas compras merece la pena acercarse al mercadillo de Feira da Ladra, en cuyos puestos de antigüedades se pueden encontrar objetos de todo tipo.
Por la noche, el protagonista es el barrio Alto, con su variada oferta de locales nocturnos. Esta es una buena área en la que alojarse y gustará especialmente a los amantes de la noche. Los que quieran estar en pleno centro podrán optar por la zona de Baixa, aunque también hay opciones para los que prefieran algo más de tranquilidad, como por ejemplo el área de parque de las Naciones.