La ciudad de Cartagena es de una de las joyas de la costa murciana. Cuenta con un impresionante patrimonio heredado de sus casi 2.000 años de historia, con yacimientos arqueológicos, iglesias barrocas y joyas del modernismo que podrás visitar cuando viajes en tren a Cartagena. La propia estación de ferrocarril de la ciudad se encuentra entre estos últimos, ya que fue construida a principios del siglo XX. Situada al noroeste del casco antiguo, recibe con frecuencia trenes tanto de media como de larga distancia. La ciudad más cercana es Murcia, desde la que se puede llegar en tren en unos 50 minutos, pero las líneas ferroviarias también conectan Cartagena con otras localidades como Valencia, separada por un trayecto de algo más de 4 horas.
Un viaje en tren a Cartagena supone una oportunidad única de descubrir su amplio patrimonio histórico. Comienza por admirar la estación, un precioso edificio modernista del que destaca la marquesina de la fachada. Una vez en marcha, dirígete al suroeste, hacia el parque Torres. Situado a unos 20 minutos caminando, alberga el castillo de la Concepción, uno de los vestigios del pasado medieval de Cartagena. Desde ahí, camina hacia la zona del puerto para visitar el Museo Nacional de Arqueología Subacuática y sigue tu recorrido histórico con un viaje al pasado romano de la ciudad, en las antiguas ruinas del Teatro Romano, a un corto paseo.
Después, es hora de admirar las interesantes muestras de arquitectura de principios del siglo XX que puedes encontrar en Cartagena. Dirígete a la plaza del Ayuntamiento, a 2 minutos de distancia, y recorre la calle Mayor y sus aledaños para ver los mejores ejemplos de edificios modernistas, entre los que destacan el palacio Consistorial, construido al estilo francés, y la Casa Cervantes, con unos preciosos miradores blancos, típicos de la arquitectura de Cartagena.
Tras este recorrido, es hora de darte un capricho saboreando platos de la gastronomía cartaginense, que se ve enriquecida por su cercanía al mar y las excelentes materias primas que se obtienen en las huertas de la región de Murcia. Sin duda, el plato estrella es el caldero, un arroz con pescado típico de la zona, pero también destacan los michirones, un imprescindible de las rutas de tapeo, y el arroz con conejo.