Nada más llegar a la ciudad se puede comprobar la multitud de posibilidades que una visita a Granollers ofrece a los viajeros. Desde la propia estación de autobuses se puede acceder al casco urbano fácilmente a pie, en un trayecto de unos 10 minutos, hasta llegar al emblema de la ciudad: La Porxada. Este monumento data del siglo XVI y fue declarado por la Generalitat de Cataluña bien cultural de interés. Forma parte de la denominada Ruta medieval de Granollers, que recorre otros puntos reconocidos por su valor histórico como son el museo de Granollers, la capilla San Roque, la plaza da la Iglesia o el Centro de interpretación medieval, entre otros, en 1 hora a pie por sus numerosas calles peatonales. Además de la ruta medieval, existen otros recorridos temáticos sobre el modernismo o la guerra. Todas estas rutas parten del museo de Granollers, donde se realizan las reservas para visitas guiadas.
La ciudad acoge, durante todo el año, una gran variedad de ferias y mercados en los que los visitantes pueden descubrir Granollers a través de sus productos gastronómicos y de la artesanía tradicional. La zona de los alrededores de la calle Anselm Clavé, peatonal, cuenta con una gran oferta de restaurantes. Una fecha señalada es la de su Fiesta Mayor, que comienza el último jueves del mes de agosto y se celebra durante una semana. Es recomendable, entonces, probar delicias gastronómicas típicas de la ciudad como el dulce Rajol de Festa Major, hecho de pasta de hojaldre, crema de cacao y relleno de trufa y praliné de avellana. Otro de los productos más característicos de Granollers es la Mongeta del Ganxet, una legumbre seca de grano blanco, brillante y aplanado que cuenta con una denominación de origen protegido.