La región de Cataluña reúne varios de los reclamos turísticos clave del litoral mediterráneo. Uno de esos destinos imprescindibles es la ciudad de Girona, de ritmo plácido y cuyo ambiente tranquilo invita a visitarla, ya sea viajando en tren o en bus a Girona. En este municipio del noreste español se pueden admirar reclamos arquitectónicos de varias épocas (destaca su judería), que combinados con un entorno natural rico y diverso, muy cercano a la Costa Brava, hacen del lugar un magnífico destino para rendir visita en un viaje a Cataluña.

Reservar bus a Girona

La estación de autobuses de Girona está ubicada en Plaça Espanya, en un edificio que también alberga la estación de tren de Geronay que dispone de servicios como restaurantes, cafeterías y cajeros. En esta estación prestan servicio varias compañías de autobuses como Alsa, Sarfa, Teisa o Ampsa, cuyos autobuses conectan el municipio catalán con otras localidades de la provincia y del resto del país y Europa. Una ruta muy frecuente es tomar el bus de Barcelona a Girona trayecto que suele durar de media 1h 30min. Por otro lado, la ciudad también recibe autobuses diarios desde la capital de España; el viaje en bus de Madrid a Girona tiene una duración estimada de 9h 25min. Otras rutas populares a Girona parten de municipios cercanos como Lloret de Mar, Salou, Figueres, Castellón o Lleida.

 

Transporte público en Girona

Es muy sencillo moverse por Girona utilizando medios de transporte público, ya que la ciudad dispone de varias opciones de movilidad y muchas de ellas están adaptadas a las nuevas tecnologías. El autobús es el principal sistema para trasladarse de un punto a otro de Girona, especialmente por el gran número de líneas que hay. La segunda opción más recomendable probablemente sea la bicicleta; pese a que no hay un servicio de alquiler público de este medio de transporte, el municipio otorga muchas facilidades para moverse en bici, con más de 36km de carriles bici y lugares señalados para aparcarlas. El coche, tanto en servicios de taxi como en el uso de vehículos privados, es otra alternativa óptima.

Son diez las líneas de autobús que recorren Girona de norte a sur y de este a oeste. Cada línea tiene su color identificativo y siguen recorridos muy marcados, por lo que es difícil confundirse incluso aunque uno no esté habituado a este medio de transporte. Las líneas 1, 2, 5, 6, 7 y 11 son las que atraviesan el centro de la localidad y, por tanto, son las principales en cuestiones turísticas. También es fácil llegar al centro histórico en bicicleta en los más de 30km de carriles bicis existentes en la ciudad, de manera que es una alternativa muy interesante para aquellos apasionados de las dos ruedas. Por otra parte, los taxis disponen de varias paradas en Girona, incluida una en las proximidades de la estación, y de un servicio de radio taxi, de manera que es sencillo conseguir un viaje en este medio de transporte. Una opción adicional de movilidad en este vehículo es el uso de coche compartido, que otorga ventajas de carácter económico.

 

Visitar Girona

Girona es una localidad peculiar en cuanto a su extensión geográfica, de manera que lo más aconsejable es realizar un recorrido de sur a norte. Partiendo de la estación de autobuses, una visita a Girona puede comenzar caminando 8 minutos en dirección noreste hasta llegar a la Plaça de Catalunya, frente a la que se alza el Pont de Pedra. Esta estructura conecta ambos lados de la localidad por encima del río Oñar, con la peculiaridad de que, a su vez, separa las dos zonas diferenciadas de Girona: a su izquierda queda la parte residencial y moderna, mientras que a la derecha se puede observar el casco histórico. Continuando por la parte este, además de observar las preciosas y coloridas casas que representan la arquitectura gerundense y que se disponen paralelamente al río, es posible llegar a un nuevo puente, el Pont de les Peixateries Velles, situado a 4 minutos del otro puente.

Más hacia el este se encuentra la zona universitaria, cuyo punto de atracción principal es la Pujada de Sant Domenèc, a la que se puede llegar en 5 minutos desde el Puente de Piedra. Se trata de un lugar especialmente recomendable para pasear, hacerse fotos y probar alguno de los platos típicos de la cocina gerundense, como la butifarra o el bacalao. Continuando la visita por Girona en dirección norte, se pueden ver dos museos de especial relevancia: el Museu d’Història dels Jueus (Museo de Historia Judío) y el Museu d’Història de la Ciutat (Museo de Historia Local), que exponen la cultura de Girona. Pero sin duda el gran atractivo de la ciudad se encuentra a 5 minutos caminando desde la Pujada de Sant Domenèc. Completando este recorrido se halla la Catedral de Girona, gigantesca iglesia de estilos románico y gótico que comanda la parte norte de la localidad a través de su blanca estructura.

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