Con su famosa catedral y archiconocida gastronomía, Burgos es el destino perfecto para hacer una escapada de varios días y descubrir los varios siglos de historia de esta ciudad de Castilla y León. La mayoría de capitales de la península ofrecen conexión en bus a Burgos la excusa ideal para descubrir su patrimonio medieval, pasear por el casco histórico y seguir el recorrido del camino de Santiago a su paso por la ciudad. Cualquier viajero que vaya a Burgos tiene que hacer alguna parada en sus bares de tapas y comida típica, donde sirven buenos guisos y la tradicional morcilla de arroz.

Comprar billetes de autobús a Burgos

La ubicación privilegiada de la estación de autobuses de Burgos, en pleno centro de la ciudad, es perfecta para llegar al destino y descubrirlo sin tener que utilizar el transporte público hasta los principales puntos de interés. Nada más lejos, el monumento distintivo de la ciudad, la Catedral, se encuentra al otro lado del río Arlanzón, a 400 metros. La terminal dispone de 18 dársenas para los turistas que opten por viajar en bus a Burgos desde cualquier ciudad de la península. Entre los destinos de origen más frecuentados destacan Madrid y Barcelona con 2h 30min y 8h de media de trayecto, respectivamente. Por cercanía con la capital castellana, el autobús desde Valladolid a Burgos, con una duración de 1h 30min, también es uno de los más solicitados. La empresa que más rutas de viaje a esta ciudad de Castilla y León cubre es Alsa, directamente o con otras empresas de su grupo, como NEX Continental Holdings o ENATCAR, aunque hay otras líneas de autocares, por ejemplo, como Logroza del Grupo Jiménez que cubren algunas rutas de media distancia.  

 

Transporte público en Burgos

Burgos es una ciudad bien conectada, tanto para acceder desde otras localidades como para moverse entre sus barrios. Las opciones de transporte público y privado con las que cuenta funcionan de manera rápida y pasan con mucha frecuencia. Estos son algunos de los medios más utilizados. Moverse por Burgos en autobús urbano es muy sencillo gracias a la amplia red que da cobertura a toda la ciudad, compuesta por 36 líneas. Los viernes y sábados por la noche, la red de autobús urbano también cuenta con dos líneas nocturnas o búhos (las L87 y L88), que recorren los puntos principales de la ciudad. El precio del billete sencillo es de 1,2€, y por la noche, de 1,50€. La línea 1 es la más utilizada, porque recorre todo el centro.

Para los viajeros que prefieran optar por un transporte ecológico los días de buen tiempo, el servicio de alquiler de bicicletas en Burgos, Bicibur, es una opción que funciona todos los días del año y a cualquier hora. El sistema tiene repartidas varias estaciones en diversos puntos de la ciudad donde se pueden recoger las bicicletas y utilizarlas un máximo de dos horas por los más de 60km de carril bici. El único inconveniente es que la suscripción es anual y tiene un coste total de 15€. Si no, hay otras opciones de alquiler de bicis privadas en el centro y hoteles.   Para descubrir Burgos sin cansarse o cubriendo largas distancias, se puede disponer del servicio de taxis. También disponible durante 24h todos los días de la semana, y con tarifas que varían dependiendo de la franja horario y las zonas que se recorran. Sin duda, la forma más práctica para las personas con movilidad reducida. Los viajeros que prefieran disfrutar de los puntos de interés principales cómodamente, tienen a su disposición un tren turístico con varias rutas temáticas y cuyo precio ronda los 5€ por persona. Todos estos tours parten de la catedral.

 

Visitar Burgos

La estación de autobuses de Burgos está situada en las proximidades de todo lo que hay que visitar en Burgos. En una distancia de 5 minutos caminando se encuentra el símbolo de la ciudad, su impresionante catedral de estilo gótico francés, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Justo en la plaza de la fachada principal está la estatua del Peregrino, en homenaje al paso del Camino de Santiago por la ciudad. Desde este punto se puede continuar por la calle de Fernán González hasta llegar al Castillo y su mirador, donde obtener las mejores vistas de la ciudad. La bajada a la parte del río Arlazón deja de camino otro de los monumentos más emblemáticos que hay que ver en Burgos, el Arco de Santa María. Se puede visitar el interior de lo que en la época medieval era una de las puertas de entrada a la ciudad.

En esta zona se puede aprovechar para degustar la comida típica de Burgos, que le valió la denominación de Capital Española de la Gastronomía en 2013. Mención especial merece la archiconocida morcilla de arroz y sus quesos, aunque en cuanto a platos, la olla podrida se lleva la palma. No hay que dejarse engañar por el nombre, consiste en un delicioso guiso de alubias con carne. En la zona de la plaza Mayor de Burgos también se tapea muy bien, y es el mejor lugar para probar los “cojonudos”; la típica rebanada de pan con huevo y chorizo. Cualquier época es buena para ir a Burgos, pero si se cuenta con flexibilidad de fechas, en octubre tiene lugar el fin de semana Cidiano, donde la ciudad se transforma en una villa medieval con actividades relacionadas con el Cid Campeador, personaje histórico que cuenta, incluso, con una plaza. Para terminar la visita, no hay nada más agradable que caminar a orillas del río por el Paseo del Espolón, el cinturón verde de Burgos.

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