Viajar en tren a Plasencia desde Madrid es una de las alternativas más rápidas y fáciles ya que, en sólo tres horas estarás en esta monumental ciudad extremeña. También puedes viajar a Plasencia en los trenes Regional Express desde otras capitales de Extremadura como Cáceres o Mérida, en una hora y cuarto y dos horas respectivamente. Ciudad de gran importancia estratégica, fue fundada por el rey Alfonso VIII para afianzar mejor la Reconquista, ha sido testigo de importantes sucesos históricos como la boda de Juana “la Beltraneja”, rival de Isabel “la Católica”.
La estación de ferrocarril se encuentra a 15 minutos del casco antiguo, por lo que viajar en tren a Plasencia es una opción inmejorable para visitar la ciudad. Al final de la avenida de España descubrirás las murallas que se alzan a orillas del Jerte y no muy lejos, encontrarás la catedral Nueva y la catedral Vieja unidas en un mismo conjunto arquitectónico. A pocos pasos, te podrás adentrar en el Museo Etnográfico y Textil donde apreciarás una gran colección de trajes regionales.
Para recuperar fuerzas, nada mejor que encaminarse a la céntrica plaza de la Catedral donde podrás encontrar la mayoría de bares y restaurantes de la ciudad. La gastronomía extremeña se caracteriza por su contundencia y es visible en platos como las migas, la ensalada de zorongollo o la caldereta de cabrito. Para poner punto y final a esta fiesta culinaria, qué mejor que un postre hecho a base de queso y miel o unas típicas cerezas del valle del Jerte.
Tras este festín la mejor opción es una caminata hasta llegar a la Plaza Mayor donde cada martes podrás pasear entre los puestos de un típico mercado medieval que data del siglo XII. Si consigues llegar hasta el final, lo preferible es recorrer tranquilamente la orilla del río Jerte hasta volver al casco antiguo de Plasencia.