Lugo, una importante ciudad bañada por el Miño desde la época romana, es uno de los municipios más atractivos del noreste de España. Su estación, en funcionamiento desde el siglo XIX, es el lugar de llegada perfecto para quienes viajan en tren a Lugo, ya que está en las cercanías del centro histórico de la ciudad. A ella llegan tanto trenes de media como de larga distancia e incluso servicios de tren nocturno. Visita Lugo viajando desde Madrid en un trayecto de algo más de 6 horas o viaja desde localidades cercanas, como Sarria, en menos de 30 minutos. Sus 2.000 años de historia han dejado importantes monumentos, como las murallas romanas o la catedral de Santa María.
Cuando llegues en tren a Lugo podrás desplazarte fácilmente al centro histórico de la ciudad, que se encuentra a solo 10 minutos a pie. Empieza tu ruta dando un pequeño paseo por la plaza de Santo Domingo hasta la Plaza Mayor. Aquí puedes admirar la fachada del ayuntamiento, del siglo XVIII, que supone el perfecto ejemplo de la arquitectura barroca gallega, y su aneja torre del reloj. Camina otros 3 minutos para encontrar otro de los monumentos más importantes de la ciudad, la catedral de Santa María, un imponente edificio originario del siglo XII y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A su lado se sitúa el palacio Episcopal, de estilo barroco. Finaliza tu recorrido por el centro con el monumento estrella de la ciudad: la muralla romana. Situada a menos de 2 minutos de la catedral, este impresionante vestigio de la Antigüedad es la única muralla del mundo que conserva todo su perímetro original, con más de 2 kilómetros de extensión.
Otra de las ventajas de un paseo por el casco histórico es su amplia oferta de tabernas, en las que degustar la deliciosa gastronomía local. Recorre la calle de la Cruz y la Rúa Nova para encontrar los mejores lugares de tapeo de la localidad. Prueba la especialidad típica de la zona, el lacón con grelos, y deléitate con las deliciosas variedades de quesos de tetilla. Como en toda la costa gallega, los productos del mar también están muy presentes en la zona lucense: el pulpo a feira es otro de los platos imprescindibles en tu visita.