Pocos lugares hay tan mágicos como Granada, donde todos los sentidos se dejan encandilar por sus excelencias. La vista se deleita continuamente con sus bellas imágenes, porque como dice el poema: “No hay mayor pena que la de ser ciego en Granada”. Viaja en tren a esta ciudad llena de historia y contémplala desde estos 5 miradores excepcionales.
1. Mirador de San Nicolás, la mejor perspectiva de la Alhambra
Seguramente es el más conocido de todos y uno de los puntos de visita obligada para los turistas. Este mirador, desde el que se disfruta de unas vistas simplemente magníficas de la Alhambra y el Generalife, siempre está muy concurrido y lleno de puestecitos de artesanía y de flamencos que ponen la música de fondo. Se encuentra en el famoso barrio del Albaicín, declarado patrimonio de la humanidad, con sus callejuelas estrechas que rememoran su época musulmana.
En una de sus numerosas y encantadoras plazas es donde se ubica el mirador de San Nicolás. A medida que vayas acercándote a él, te el espectáculo visual que muestra te sobrecogerá: el castillo Rojo, que se erige encima de una arbolada colina, con los montes de Sierra Nevada a su espalda. Y si visitas la ciudad en invierno, cuando hay nieve en la montaña, la luz que desprende la imagen te dejará sin palabras. Desde allí, los románticos obtendrán las mejores instantáneas de la Alhambra.
2. Mirador de San Miguel Alto, una hermosa puesta de sol sobre Granada
En el cerro que comparte el nombre del santo se ubica este balcón, desde el que se vislumbra toda Granada. Está emplazado junto a la ermita de San Miguel y para acceder a él se puede subir caminando desde el Albaicín, por unas escaleras que te dejarán exhausto, pero con la recompensa extraordinaria de las vistas que ofrece.
También se puede subir en coche, pero esta opción te privará de ir disfrutando de la panorámica que, poco a poco, se va ampliando durante el ascenso a pie. La Alhambra, el Sacromonte, el Albaicín, el centro de Granada y los montes que la rodean, incluyendo Sierra Nevada, son, desde este elevado paraje, un verdadero regalo visual. Si optas por ir al atardecer, la puesta de sol y, poco después, las luces iluminando la ciudad, harán que sea uno de tus lugares inolvidables de Granada.
3. Vereda de En medio, un caminito con vistas
En el barrio de Sacromonte, con sus sorprendentes casas cueva cavadas en la montaña, nace esta calle, llamada Vereda de Enmedio. Si te gustan los espectáculos flamencos, las zambras cautivan cada noche a su público en este lugar tan gitano, donde sus habitantes cantan por doquier al estilo andaluz. El recorrido empedrado concede a los caminantes un paseo tranquilo, lejos de bullicios y de miradores abarrotados de turistas.
Resulta muy relajante el silencio y la paz que se respira en esta vereda, y a medida que la recorras, irás viendo desde distintos puntos el paisaje de la Alhambra y sus espacios colindantes, desde una altura similar a la del famoso castillo. Puedes sentarte en uno de sus bancos y quedarte mirando el panorama, como si hubieras hecho un viaje a través del tiempo y hubieses retrocedido varios siglos. Pura magia en cada uno de sus rincones.
4. La Alhambra, un mirador de lujo
No todos los miradores de Granada tienen que tener vistas a la Alhambra. Desde este templo, que, desde la distancia, te embelesará con su belleza y su historia, también tendrás la oportunidad de mirar hacia la ciudad en una terraza que se asoma desde lo alto en este enclave mágico.
La plaza de los Aljibes, junto al palacio de Carlos V, atesora una panorámica espléndida desde esta otra perspectiva, así como el Sacromonte y el Albaicín (con su mirador de San Nicolás justo enfrente). Y si subes a la torre de la Vela, en la Alcazaba, tendrás una amplia visión de Granada y su vega. No es casualidad que el enorme alcance visual que proporciona esta construcción hiciera que se utilizara como torre vigía en tiempos pasados.
5. Mirador Silla del Moro, un balcón en el sendero
En este lugar, poco conocido por los turistas, se levantó en el siglo XIII un pequeño castillo destinado a proteger la Alhambra y el Generalife, donde los gobernantes de la época se relajaban entre sus jardines. Sobre los pocos restos que quedan de la construcción original se ha dispuesto un mirador que está abierto al público durante los fines de semana.
Desde él, podrás contemplar el conjunto nazarí desde un plano posterior, y conseguir un enfoque diferente de la ciudad y sus alrededores. Además, su ubicación, en el parque periurbano Dehesa del Generalife, hace que su entorno sea muy apacible y lleno de preciosos senderos, muchos de ellos salpicados de restos arqueológicos que llenan de historia el camino. Sin duda, un lugar para explorar.
Coge tu cámara de fotos, sube a tu tren a Granada, disfruta del trayecto y descubre, una ciudad de una belleza única, que ha sido elegida popularmente como la más bonita de España.
Llegar en tren a Granada
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