Días 1-2: Ginebra

Está ubicada en uno de los cuatro cantones francófonos y es la segunda ciudad más grande del país, por lo que visitarla requiere al menos dos días. Empieza tu primer día en Ginebra dando un paseo por el lago Lemán o navegando en un barco. Verás la Jet d'Eau, una de las fuentes más gigantescas del mundo y, si hace calor, podrás darte un chapuzón. Esta ciudad podría llamarse la capital de la relojería. Si te gusta ir de compras, camina por las calles cercanas al lago, como Quai Gustave-Ador para ver o comprar en las tiendas más exclusivas de relojes. Por la noche puedes ir al Victoria Hall, una sala de conciertos que destaca por su magnífica acústica.

Empieza tu segundo día en Ginebra perdiéndote por las calles del centro histórico, la Vieille Ville. Visita la catedral, el colegio Calvin y la Casa Tavel, la más antigua de la ciudad que ahora es un museo. Durante el paseo, fijate en el nombre de sus calles, como la del Purgatorio (Purgatoire) o la del Infierno (Enfer). Cuando hagas una parada para comer, pide rösti, fondue o papé vaudois, sus platos típicos. Dedica la tarde a visitar la sede de las Naciones Unidas en Europa apuntándote a una de las visitas guiadas. Acaba el día en Carouge, un barrio bohemio en el que podrás entrar a bares que ofrecen música en directo. Si ya estás en Suiza, puedes llegar a la estación de Genève Cornavin desde la estación de Berna en tren Intercity de la compañía de trenes suiza SBB.

Día 3: Gruyères

Desde Ginebra puedes hacer una excursión a Gruyères. Llegas en tren de la compañía SBB en 1h 44min aproximadamente. Es un pueblo encantador que, ubicado en una montaña, parece sacado de un cuento de hadas. Pasea por sus calles medievales decoradas con flores y llegarás a su castillo. Si entras desde su parte más alta verás bonitas vistas al pueblo y a su entorno. Si te gusta el queso, visita la fábrica Maison de Gruyère y te enseñarán como se elabora. De noche, vuelve a Ginebra.

Día 4: Lausana

Llegar en tren Interregional Ginebra-Lausana te llevará tan solo 36 minutos. Es una ciudad olímpica, porque es donde tiene sede el Comité Olímpico Internacional. Si te interesa el tema, visita el Museo Olímpico que, además, está situado a orillas del lago Lemán. Si quieres conectar con la naturaleza, muy cerca está el parque Le Bourget. Si estás en la ciudad el fin de semana, párate en su mercado, donde vas a encontrar productos regionales. Llegar a la catedral puede ser cansado, porque hay que subir varias escaleras, pero las vistas que verás desde lo alto merecerán la pena.

Día 5: Friburgo

En tan solo 45 minutos, los trenes Intercity de SBB cubren el trayecto Lausana-Friburgo. Llegarás a la estación de Friburgo, situada en la parte más moderna de esta pequeña ciudad bilingüe. Lo notarás en la señalización de las calles, que está en alemán y en francés. Visita la Catedral de San Nicolás, de 74 m de altura y pasea por el centro histórico, parándote en las fuentes medievales que están en casi todas las plazas. Visita el barrio medieval de Auge, de calles estrechas y empinadas. Sigue hasta el llamado puente de Berna, el más antiguo de la ciudad. Si te da tiempo, sube al funicular y admira unas magníficas vistas a la ciudad.

Días 6-7: Berna

En un cantón de habla alemana del mismo nombre está su capital, Berna. Empieza el día paseando por su casco antiguo medieval, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Son calles empedradas flanqueadas por unos arcos llenos de tiendas. En el centro de la calle hay varias fuentes coronadas por figuras alegóricas. En una hora en punto, párate en la torre del reloj, Zytglogge, donde verás unas figuras bailando y una de un hombre de oro tocando la campana. Sigue caminando hasta el parque de los osos, el símbolo de la ciudad. Si todavía te quedan fuerzas, sube al Rosengarten, un jardín de rosas y vuelve al centro para cenar y disfrutar de su vida nocturna.

Al día siguiente, vuelve al centro y sube a la catedral para tener unas vistas impresionantes de la ciudad. También puedes visitar el Parlamento suizo o la casa de Einstein, en la que vivió siete años. Si eres atrevido y vas en verano, báñate en el río Aare. Otra opción es relajarte en la piscina Marzili, que es gratuita y está al lado del río. También puedes hacer una excursión hasta el Gurten, una pequeña montaña al lado de la capital desde la que se ven unas vistas bonitas de la ciudad. Es un buen plan tanto en verano como en invierno. Los trenes Intercity de la compañía SBB tardan 22 minutos en cubrir el trayecto Friburgo-Berna.

Días 8-9: Lucerna

Lucerna es una de las ciudades más bellas del país, sobre todo por el Kapellbrücke, el puente de madera más viejo de Europa y el segundo más largo del continente, que une la ciudad antigua con la nueva, cruzando el río Reuss. Pasea por el centro histórico admirando los frescos de algunas de sus casas y para en la plaza Weinmarkt, recorre sus murallas y hazte una foto con la escultura del león. Al lado está una cueva milenaria que se puede visitar para ver las marcas que dejó el glaciar que cubría en su día la ciudad. Acaba el día en alguna de sus discotecas para disfrutar de la vida nocturna de Lucerna, que es de las más famosas de Suiza.

Al día siguiente puedes navegar por el lago de los Cuatro Cantones en uno de los barcos que salen desde el puerto, o irte de excursión, a pie, en teleférico o en cremallera, al monte Pilatus, a 2 000 metros, para ver bonitas vistas de la ciudad. También es interesante visitar el Museo Suizo de Transporte. Al atardecer, vete al mirador de Fronalpstock y, además de ver la puesta de sol, tendrás una perspectiva única del lago. El trayecto Berna-Lucerna lo cubren los trenes Interregio de SBB que, en 1h 5min, te dejan en la estación de Lucerna.

Día 10: Basilea

Ubicada entre Suiza, Alemania y Francia se encuentra Basilea, desde donde podrás dar un paseo por el país galo, hacer compras por Alemania o tomarte una cerveza en Suiza en el mismo día. Esta ciudad es dominada por el Rin, puedes caminar por su orilla o subirte a un barco. Visita su catedral, el Basler Münster, admira las vistas desde su punto más alto y hazte una foto en la fachada del ayuntamiento, uno de los iconos del lugar. Pasea por el casco antiguo y párate en la fuente de Tinguely. Llegarás rápidamente en trenes de la compañía SBB que cubren el trayecto Lucerna-Basilea en 1 hora.

Días 11-12: Zúrich

Zúrich es la capital económica del país y, para visitarla, necesitas al menos dos días. Llegarás a la estación de Zúrich, la más grande del país y también la más antigua. Siguiendo por la Bahnhofstrasse te encontrarás con varias calles peatonales y también con su lago, el Limmat. Lo puedes disfrutar paseando por su orilla o navegando en barco. Luego puedes ir al altstadt o casco antiguo, dividido en cuatro barrios. Uno de los más interesantes es el de Rathaus, con sus plazas bonitas, sus callejuelas y sus casas antiguas. Visita sus iglesias, como la Grossmünster y la Frauenmünster.

Al día siguiente puedes subir al funicular Polybahn para ver vistas magníficas a la ciudad. Si te gusta el fútbol puedes ir al FIFA World Football Museum. Si no, vete a Lindenhof, donde también verás bonitas vistas de la ciudad, del lago e incluso de los Alpes. Los trenes Interregio cubren la ruta Lucerna-Zúrich en 46 minutos. Después de visitar la ciudad puedes coger un tren que sale de Zúrich y llega en 2h 42min a Ginebra, desde donde podrás volver a Barcelona en tren.

Aunque viajar en tren es siempre un placer, hacerlo en una ruta por Suiza es lujo. Con la comodidad, la rapidez y la puntualidad de los ferrocarriles del país, llegarás fácilmente tanto a ciudades como a montañas, disfrutando por el camino de unos paisajes de ensueño que, algunas veces, parecen sacados de un cuento infantil.