Si ya has visitado ciudades típicas como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, estás de suerte. Porque España esconde verdaderos paraísos para el viajero, más allá de los principales destinos turísticos. Modernas, históricas, bañadas por el mar o rodeadas de montañas, las 25 ciudades que te proponemos presumen de su condición de estar fuera de los circuitos más populares, perfectas para quienes buscan lugares llenos de autenticidad. De norte a sur, ¡ahí va nuestra selección!

 

1. Vigo, Pontevedra (Galicia)

En el corazón de las Rías Bajas, Vigo emerge como una ciudad moderna y cultural, de playas infinitas y buen comer, cuyos vínculos con el mar están presentes en cada rincón. Pasear por la estrechas y encantadoras callejuelas de su casco antiguo implica encontrarse con bellas casas blasonadas y joyas arquitectónicas como la neoclásica concatedral de Santa María, erigida sobre los restos de una antigua iglesia atacada por el mismísimo pirata Drake. Además, podrás experimentar una de las grandes aficiones viguesas: tapear en sus tabernas tradicionales para degustar los deliciosos pescados y mariscos gallegos, acompañados de un buen vino local.

2. Gijón (Asturias)

La capital de la Costa Verde es la ciudad más poblada del Principado asturiano y combina su alma marinera con los paisajes verdes que caracterizan a la región. Un paseo por el “muro” de la preciosa playa de San Lorenzo hasta la plaza Mayor y el puerto deportivo, reinos de sidrerías y de un gran ambiente, para terminar disfrutando de unos “culines” de sidra, se encuentra entre los imprescindibles de un viaje en tren a Gijón. La Universidad Laboral, un lugar lleno de magia que parece sacado de Harry Potter, el Elogio del Horizonte, obra de Eduardo Chillida que se eleva sobre el mar, o la casa-museo de Jovellanos tampoco pueden faltar durante tu visita.

3. Torrelavega, Santander (Cantabria)

En solo 3h 30min puedes viajar desde la capital española hasta Torrelavega en tren y pasar del ritmo frenético de Madrid a la plácida vida rural de Cantabria. Parte del Camino de Santiago y a solo 8 kilómetros de la costa, esta localidad enamora por sus edificios modernistas y su espectacular patrimonio natural, al que se une una bella arquitectura capitaneada por casonas y palacios de los siglos XVII a XIX. Es un destino perfecto para olvidarse del mundanal ruido urbano y disfrutar de la naturaleza

4. Bilbao, Vizcaya (País Vasco)

Puede que la industrial capital vizcaína no seduzca a primera vista al visitante, pero su mezcla magistral de arquitectura, gastronomía y modernidad la convierten en un destino del norte de España a tener en cuenta. El museo Guggenheim colocó a Bilbao en el mapa internacional y este palacio modernista de Frank Ghery sigue siendo una de las visitas imperdibles de la ciudad, además de salir de pintxos por su casco antiguo para catar la espectacular gastronomía vasca. La iglesia de San Antón, de estilo gótico, el neobarroco Teatro Arriaga, el impresionante puente colgante Bizkaia y el animado mercado de la Ribera, el mercado cerrado más grande de Europa, terminarán de convencerte de la belleza bilbaína.

5. Vitoria, Álava (País Vasco)

La capital alavesa presume de ser una de las ciudades más verdes de España y de poseer un distrito histórico que sirve de inspiración a escritores de la talla de Ken Follet. Con la catedral como pieza estrella de un grandioso patrimonio arquitectónico de la época renacentista, podrás contemplar parte de la antigua muralla que rodeaba la ciudad en el siglo XI, además de tomar un sabroso pintxo, siempre acompañado del típico txacoli, el vino local. Si decides viajar en tren a Vitoria, la estación posee una ubicación excelente, en el centro de la ciudad, y conexiones en Alvia desde lugares como Madrid, Barcelona, Galicia o Asturias.

6. Figueras, Gerona (Cataluña)

A poco más de hora y media en tren de Barcelona, Figueras es un enclave privilegiado, situado entre la cordillera pirenaica y la Costa Brava. Su pasado como fuerte fronterizo aún se deja ver en sus murallas medievales y en el castillo de San Ferrán, mientras que su carácter de ciudad natal de Salvador Dalí se hace presente en centros culturales como el Teatro-Museo Dalí. Pasear por su Rambla, auténtico centro neurálgico de la localidad, repleto de majestuosas fachadas modernistas y neoclásicas, se hace imprescindible, así como realizar rutas por los alrededores para disfrutar de lo mejor del mar y la montaña gerundenses.

7. León (Castilla y León)

Con la llegada del AVE a León, visitar el legendario reino de los Reyes Católicos es más fácil que nunca. Punto destacado del camino de Santiago, la capital leonesa posee un patrimonio monumental impresionante, con su catedral gótica a la cabeza y joyas como la llamada “Capilla Sixtina leonesa”, por las pinturas románicas de su interior, o la más moderna Casa de Botines, obra de Gaudí. Los barrios Romántico y Húmedo, en el corazón histórico de la ciudad, hoy se erigen como bastiones de la sabrosa gastronomía local y lugares de peregrinación para mezclarse con los habitantes en su habitual ruta de vinos y tapas.

8. Salamanca (Castilla y León)

La llamada Ciudad Dorada, por la brillante luz que emana de sus construcciones de piedra arenisca, es toda una belleza escondida del centro de España. De amplia tradición universitaria, que se deja sentir en el animado y juvenil ambiente de su plaza Mayor, posee una arquitectura histórica deslumbrante, con joyas como la Casa de las Conchas, la catedral Vieja, del siglo XII, o la Universidad de Salamanca, en cuya fachada, como manda la tradición, se debe buscar una rana oculta entre su elaborada ornamentación. Desde Madrid, puedes llegar en tren a Salamanca en menos de 3 horas.

9. Zamora (Castilla y León)

Eterna olvidada frente a otros destinos castellanos como Salamanca o Segovia, esta pequeña ciudad del románico es una opción perfecta para una escapada de fin de semana. Viajar en tren a Zamora es muy fácil desde ciudades como Madrid o León, y podrás disfrutar de su espléndido paisaje montañoso, con lugares tan excepcionales como el parque natural del Lago de Sanabria, ideal para realizar rutas de turismo activo. En su casco urbano, te esperan maravillas como la catedral, que posee una de las mejores piezas del arte románico, la Puerta del Obispo.

10. Logroño (La Rioja)

De su pasado como ciudad medieval fortificada guarda testimonio el casco antiguo de Logroño, uno de los grandes baluartes de este destino. En él, podrás admirar magníficas esculturas y solemnes edificios, entre los que destacan la concatedral de Santa María la Redonda, del siglo XII, el señorial palacio de los Chapiteles y la iglesia gótica de Santa María de Palacio. Logroño se presta también a placeres más terrenales y su escena gastronómica y tradición vinícola complacerán a cualquier paladar. Un paseo nocturno por el mágico paseo del Espolón pondrá el broche final perfecto.

11. Burgos (Castilla y León)

La que fuera capital de Castilla durante casi medio siglo ofrece un privilegiado testimonio de la historia de España que le ha valido el privilegio de convertirse en Ciudad Europea de la Cultura. Un viaje en tren a Burgos te permitirá descubrir el lugar donde descansa el héroe medieval español por excelencia, el Cid, cuya tumba se encuentra alojada en la extraordinaria catedral gótica de la ciudad. Su barrio histórico peatonal, declarado Patrimonio de la Humanidad, con sus puertas medievales, sus calles empedradas y sus bares de tapas es otro lugar que merece la pena visitar.

12. Zaragoza (Aragón)

A medio camino de los Pirineos, la capital maña suele pasar desapercibida para los viajeros, pero se trata de una ciudad cosmopolita, con un gran legado histórico y cultural, una apreciada gastronomía y un animado ambiente nocturno. Situada a orillas del Ebro, se presta tanto a rutas en piragua por el río para los más deportistas, como a itinerarios culturales por bellezas como la imponente basílica barroca de Nuestra Señora del Pilar, el palacio de la Aljafería, herencia del pasado árabe de la ciudad, o el Museo Goya, que expone 15 obras del célebre pintor aragonés. Desde Madrid, puedes llegar en menos de 1h 30min en tren a Zaragoza.

13. Huesca (Aragón)

Emblema del Alto Aragón, Huesca es un placer para todos los sentidos. Combina la vida tranquila de provincias con un rico pasado histórico. Su importancia estratégica durante la Edad Media ha dejado en la ciudad importantes vestigios civiles y religiosos de diferentes épocas y estilos. No dejes de visitar el modernista Círculo Oscense, la plaza porticada López de Allué, donde se encuentra la tienda de ultramarinos más antigua de España, la catedral gótica y la iglesia románica de San Pedro el Viejo. Y para relajarte, nada mejor que una parada en el idílico parque Miguel Servet, entre cuyos mágicos jardines se esconde una réplica de la casa de Blancanieves.

14. Vielha, Lérida (Cataluña)

Esta localidad con paisajes de cuento goza de una ubicación privilegiada para disfrutar de las pistas de esquí de Baqueira y explorar el pirenaico Valle de Arán. Es un destino perfecto para el invierno, cuando la nieve le confiere todavía más encanto, pero los visitantes estivales tendrán el privilegio de poder recorrer a pie su magnífico entorno natural. La gastronomía de la zona es otra razón para detenerse aquí, con recetas tan inolvidables como la olla aranesa, las fantásticas truchas locales y platos protagonizados por las setas. Desde Madrid, puedes llegar fácilmente en tren a Vielha con el AVE a Lérida.

15. Cuenca (Castilla La Mancha)

Encaramada entre dos profundas gargantas, la escarpada ubicación de Cuenca le otorga un encanto especial. Las sinuosas y estrechas calles de su casco antiguo invitan a perderse en él y caminar sin rumbo para admirar las bonitas casas colgadas que emergen del propio acantilado. Inesperada capital del arte abstracto, en el interior de algunas de estas peculiares casas podrás visitar auténticas galerías de arte. Desde ahí, se impone una visita a la animada plaza Mayor y sus coloridas casas, donde se encuentran la catedral y la original sede el ayuntamiento, situada sobre un puente. Puedes encontrar billetes baratos de tren a Cuenca para tu viaje.

16. Toledo (Castilla La Mancha)

A poco más de media hora de la capital española si viajas en tren a Toledo, esta espléndida ciudad medieval es un monumento en sí misma. Sus encantadoras calles empedradas, sus murallas y sus torreones transportan a la época de los grandes caballeros. El famoso Alcázar de Toledo, el Museo del Greco, la Catedral de Santa María, la antigua calzada romana o el bucólico palacio de la Galiana son solo una pequeña muestra de todo lo que ofrece la Ciudad Imperial al visitante. Si, además, le sumamos una tradición artesanal única y una gastronomía de renombre, se convierte en una escapada imprescindible para un fin de semana.

17. Teruel (Aragón)

Destino ineludible para románticos, pues aquí fue donde se gestó una de las historias de amor más legendarias de España, la de Los amantes de Teruel, esta ciudad aragonesa destaca por su grandioso patrimonio mudéjar. La Catedral de Santa María de Teruel, la iglesia y torre de San Pedro, la torre de El Salvador y la intrincada Escalinata, que recuerda a algunas obras de Gaudí, son sus principales exponentes. No puede faltar una visita al mausoleo de los célebres amantes en tu recorrido, además de una parada en la plaza del Torico, todo un símbolo local y epicentro de la vida social de los turolenses. Encuentra aquí billetes de tren a Teruel.

18. Ávila (Castilla y León)

Una escapada en tren a Ávila es perfecta para aquellos que disfrutan de la tranquilidad y la historia. Su recinto amurallado adquiere un halo mágico durante la noche, cuando aparece estratégicamente iluminado. El corazón de la ciudad también tiene alma medieval y está poblado por palacios renacentistas, monasterios, torreones e iglesias que harán las delicias de los viajeros más culturales. Su condición de cuna de Santa Teresa de Jesús se deja ver en los edificios religiosos diseminados por toda la ciudad, pero la mística Ávila no olvida los placeres mundanos y sus asados, chuletones y dulces como las yemas de santa Teresa forman parte de su leyenda.

19. Mérida (Extremadura)

La antigua Emerita Augusta da muestras de su poderío de otro tiempo con la riqueza de su patrimonio arqueológico, que figura entre los más destacados de España. Destino ideal para amantes de la Antigua Roma, posee lugares tan emblemáticos como El Tempo de Diana, el Circo Romano, el Arco de Trajano y el Teatro Romano, que recupera su antiguo esplendor durante las noches de verano, con representaciones teatrales clásicas. Su clima benévolo lo convierte en una escapada muy apetecible en cualquier época del año, especialmente si aprovechas las ofertas de billetes de tren a Mérida. 

20. Castellón de la Plana (Comunidad Valenciana)

 Punto de partida de excepción para visitar el sureste peninsular, un viaje en tren a Castellón de la Plana es la mejor opción para disfrutar de su idílico paisaje de naranjos en flor al borde del mar. Sus playas de arena dorada, su clima mediterráneo y unos arenales que se prolongan en el horizonte hacen de esta ciudad un destino perfecto de sol y relax. Además de su envidiable costa de más de 120 km, podrás maravillarte con su magnífico entorno urbano, con tesoros como la imponente torre campanario de Fadri, la concatedral de Santa María, el modernista Casino de Castellón o el palacio neoclásico del Teatro Principal.

21. Cartagena (Murcia)

Los romanos ya descubrieron el gran valor de Cartagena y su civilización dejó huellas imborrables en esta ciudad murciana, como el Teatro Romano, de más de 2.000 años de antigüedad. Por si esto fuera poco, posee uno de los puertos naturales de mayor belleza del mundo, playas donde disfrutar del sol y espléndidos edificios como el palacio Consistorial o el modernista Gran Hotel. Imprescindible realizar un crucero por la bahía y ascender hasta el mirador del castillo de la Concepción para admirar las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Puedes llegar en tren a Cartagena desde lugares como Madrid, en menos de 5 horas.

22. Elche, Alicante (Comunidad Valenciana)

Su inconfundible paisaje de palmeras, Patrimonio de la Humanidad, confiere una belleza única a esta ciudad alicantina. Entre paradisíacos parques naturales, un idílico litoral costero, un patrimonio con muestras destacadas de su pasado árabe y del esplendor barroco, y las bonanzas de la cocina alicantina, Elche se erige como un destino mediterráneo más que apetecible. El mejor punto para maravillarse con su palmeral es la Basílica de Santa María, desde donde parece no tener fin. Busca aquí trenes baratos a Elche.

23. Algeciras, Cádiz (Andalucía)

Puerta de entrada de Europa, Algeciras ha sido un codiciado puerto asediado y atacado innumerables veces en el que el mar y la naturaleza se convierten en protagonistas. Como lugar de paso de millones de aves cada año, el parque del estrecho se convierte en parada obligatoria para maravillarse con este fenómeno natural. En su casco urbano aguarda también tesoros como el parque arqueológico de las Murallas Meriníes, los Hornos Romanos o el imponente edificio del mercado de abastos, de estilo racionalista. Para llegar a Algeciras en tren, puedes viajar cómodamente desde ciudades como Sevilla, Cádiz, Jerez de la Frontera o Madrid.

24. Córdoba (Andalucía)

La espléndida monumentalidad de Córdoba ya la convierten en un destino imprescindible de Andalucía. Si, además, añadimos una rica gastronomía, con bondades culinarias como el salmorejo o el rabo de toro estofado, un clima envidiable y la facilidad de acceso que permite el AVE a Córdoba, no es necesario añadir mucho más. Entre sus visitas imprescindibles se encuentran la impresionante Mezquita, el Palacio de Viana, el Alcázar de los Reyes Cristianos y el barrio de la Judería, testigos de la fusión de culturas de la que hace gala la ciudad.

25. Jaén (Andalucía)

Viajar en tren a Jaén supone descubrir una de las joyas de la comunidad andaluza. Además de estar bendecida con un clima cálido gran parte del año, cuenta con atracciones como el palacio renacentista de Villardompardo, en cuyo interior se pueden contemplar unos baños árabes prácticamente intactos, además de una colección de arte primitivo. La catedral, con una impresionante fachada barroca, también merece una visita. Cuna del aceite de oliva virgen extra, ofrece interesantes rutas por algunas de sus almazaras, ingrediente de excepción en las ricas tapas que sirven en sus bares y tascas tradicionales. 

Ahora solo te queda preparar la maleta y reservar cuanto antes tus billetes de tren para un viaje inolvidable a los destinos que te proponemos.