Aquí te presentamos el itinerario de la Vía de la Plata, una vía que tiene su origen en distintas calzadas romanas y que hoy en día es uno de los trayectos más apasionantes que se pueden realizar en tren por España. El trayecto atraviesa la península de sur a norte, comenzando en Sevilla hasta llegar a Gijón. ¡No te la pierdas!

Sevilla, la antigua Hispalis

La primera parada de nuestro viaje en tren comienza en Sevilla, antigua ciudad romana bautizada como Hispalis, una de las principales colonias de la península ibérica. Para fascinarnos con la esencia puramente romana nada mejor que visitar Santiponce, pequeña localidad situada a 9 kilómetros de Sevilla que alberga el monumental Conjunto de Ruinas de Itálica. Allí se pueden contemplar las ruinas del espectacular anfiteatro romano y pasear por el trazado de lo que fueron sus calles.

Mérida y su gran teatro

El trayecto tiene como segunda parada la ciudad de Mérida, actual capital de la comunidad autónoma de Extremadura que fue uno de los mayores asentamientos romanos en la península. Fundada en el año 25 a.c. por el emperador romano Octavio Augusto y bautizada como Emerita Augusta, Mérida cuenta con una de las grandes joyas de la época: el teatro romano. Se trata de uno de los teatros romanos mejor conservados y se puede visitar casi cualquier día del año. El teatro también sirve de escenario para algunos eventos escenográficos celebrados cada año, como el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que tiene lugar durante los meses de verano.

Cáceres, escenario de diferentes yacimientos

La Vía de la Plata sigue su camino hasta Cáceres, donde también se pueden visitar diversos yacimientos romanos. Los más cercanos son los de El Junquillo, ubicados a unos 2 kilómetros del centro en una pequeña cresta rocosa. A la misma distancia, pero en la barriada de Mejostilla, se pueden visitar los restos de lo que fuera el campamento romano de Castra Cecilia. Situado a 4 kilómetros del centro se encuentra Cuarto Roble que, aunque fuera asentamiento romano actualmente solo tiene visible su influencia musulmana.

Plasencia y su acueducto romano

Si seguimos en tren, llegaremos a Plasencia, pequeña ciudad en la que aún se puede observar parte de su fortificación. Uno de los mejores ejemplos de la influencia romana en la ciudad es su acueducto, actualmente localizado en un área ajardinada y muy bien conservado.

Salamanca, base de las mansiones

Durante la época en la que la Vía estuvo funcionando, Salamanca sirvió como base para numerosas mansiones: construcciones oficiales cercanas a las calzadas que servían para hospedar a los viajeros y dar descanso a los soldados, además de ser el punto de cambio de carruajes y animales de tiro. Merece la pena acercarse a la localidad de Ledesma, a poco más de 30 kilómetros del centro de la ciudad, y visitar el Puente Mocho, gran ejemplo de la arquitectura romana.

Zamora, cuna del vino

Zamora se convirtió en lugar de paso durante la época de esplendor de la Vía de la Plata, que atravesaba en este tramo la llamada “Comarca del vino”. Hoy en día perteneciente a la localidad de Villamor de los Escuderos, esta pequeña localidad se sitúa aproximadamente a media hora de distancia desde la ciudad, y bien merece una visita. Ya que su población se dedica, mayoritariamente, a la agricultura y a la ganadería, Villamor es el sitio perfecto para pasar el día degustando productos locales acompañados de un buen vaso de vino.

A medio camino entre Zamora y nuestro próximo destino, Astorga, se encuentra Benavente, donde desde la época de la Vía de la Plata se cruzan importantes vías de comunicación que unen el centro de la península con el noroeste. La ciudad cuenta con un bonito casco histórico que incluye una plaza mayor de ensueño.

Léon, rumbo al norte

En su ascenso hacia el norte, la Vía de la Plata atraviesa la ciudad de León, donde en el año 15 a. C. se estableció la Legio VI Victrix. Gracias a su situación geográfica, la ciudad sirvió como base de control de rutas y exploraciones. Los vestigios romanos de la ciudad pueden visitarse siguiendo la Ruta del León Romano, que cinluye la visita a la cripta arqueológica de la calle Cascalería, la Puerta Obispo, el depósito de agua de San Pedro, la muralla tardorromana y altoimperial, la Puerta Castillo y el canal del Jardín del Cid.

Astorga, centro de la Maragatería

Otro de los asentamientos más importantes de la zona es el de Astorga, al que se puede acceder a través de un bonito recorrido en tren de media hora. Aquí se mezclan los restos del esplendor romano con edificios modernos. Su imponente Plaza Mayor se erige sobre lo que antiguamente fuera el foro romano, del que todavía se puede visitar los restos del subsuelo.

 Oviedo, antigua ciudad de Ovetum

Son muchos los lugares y paisajes que se pueden visitar en el entorno de la Vía de la Plata en su paso por Asturias. Fue aquí donde se estableció La Carisa, nombre dado por Publio Carisio a una elevación montañosa donde se construyó una vía para alcanzar el norte de la península. Actualmente se considera que fueron dos los asentamientos que aquí se produjeron: el campamento romano del Monte Curriechos y el de La Carisa, localizado entre la población asturiana de Lena y la leonesa de Villamanín.

La ciudad de Oviedo si recoge muestras claras del paso del pueblo romano por sus tierras. El antiguo castro romano de vigilancia de la ciudad puede visitarse en la Parroquia de Brafles. También merece la pena visitar la venta caminera y el viejo puente sobre el río Nora, claros ejemplos de la influencia arquitectónica romana.

Gijón, ciudad tardorromana

El viaje llega a su fin en la ciudad de Gijón que reúne una buena colección de vestigios romanos. Entre ellos, la muralla romana que protege la ciudad, que data de la época tardorromana. También el yacimiento-museo de las termas romanas de Campo Valdés o el Parque Arqueológico de la Capa de Torres, situado a 7 kilómetros de la ciudad, donde se puede a través de 13 puntos de observación se puede obtener una visión del paso de la época prerromana a la época de apogeo del imperio romano en la península.

No lo dudes más y hazte ya con tus billetes de tren para conocer de cerca todas las maravillas que esconde la Vía de la Plata y sentirte como un verdadero romano.