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  • Día 1: Torre de los Clérigos, Catedral de Oporto y Librería Lello
  • Día 2: Bombarda, Puente de Don Luis I y Casa da Marquinhas

 

Oporto mira al río Duero y es conocida también como la ciudad de los 6 puentes, aunque pueden ser 7 si también le añadimos lo que queda del de Pênsil. 

 

Día 1: mañana | Francesinha y Torre de los Clérigos 

Antes de empezar tu recorrido por la ciudad, te aconsejamos que tomes un buen desayuno para coger fuerzas. Para ello, nada mejor que probar una francesinha típica de Oporto. Aunque es una verdadera bomba calórica, lo cierto es que te va a encantar. Consiste en una especie de sándwich relleno de bistec de carne, jamón, dos tipos distintos de salchichas, queso y una salsa ligeramente picante elaborada con una base de cerveza y tomate. ¡Delicioso! 

Con el estómago ya lleno, visita la Torre de los Clérigos. Forma parte de un conjunto monumental en el que está incluida la iglesia homónima y es el edificio más alto de todo Portugal, con 76 metros de alto y más de 200 escalones. Tendrás que subirlos para conseguir una vista panorámica privilegiada de la ciudad. Eso sí, es probable que durante la subida suenen los numerosos carrillones que alberga en su interior, por lo que te aconsejamos que vayas prevenido para no llevarte un buen susto. 

 

Día 1: tarde | Catedral de Oporto, librería Lello y el Café Majestic 

Al caer la tarde puedes visitar la Catedral de la Sé, el edificio religioso más relevante de la ciudad. Se encuentra situada en el barrio de Batalha y su construcción empezó en el siglo XII. Su estilo es mayoritariamente barroco y en su interior destacan sus enormes columnas y su claustro decorado con azulejos. En el centro de la plaza en la que se encuentra se puede contemplar una columna en la que se colgaban a los criminales. 

Continúa tu recorrido hasta llegar a la librería Lello, que dicen que es una de las más bellas del mundo y de las más antiguas de Europa. Este espacio repleto de libros sirvió de impiración a J. K. Rowling para escribir Harry Potter. Sus grandes vidrieras del techo es parte de su encanto. 

Para tomar un respiro, acércate hasta Café Majestic, el lugar donde los perritos calientes se comen con un cuchillo y un tenedor. Al entrar, lo primero que te va a sorprender es su decoración suntuosa con mármoles, maderas nobles y esculturas. En su carta vas a encontrar platos típicos de la gastronomía portuguesa y un enorme surtido de dulces de confitería, de cafés y de tés. 

 

Día 1: noche | Bacalao y vino tinto 

Nada mejor que terminar el día probando cualquiera de las cientos de formas en las que se prepara el bacalao en este país. De hecho, se dice que existe una receta diferente para cada día del año. Croquetas preparadas con este sabroso pescado, una fuente del mismo gratinado con mayonesa o incluso preparado con nata, al estilo lagarero o cocinado con patatas y huevos. 

Para acompañar el plato, pide un vino Douro blanco, bien fresquito a ser posible y con Denominación de Origen. O, si lo prefieres, puedes elegir refrescante caldo verde, una variedad del alvariño que seguro te va a encantar. 

 

Día 2: mañana | Bombarda, el barrio de moda en Oporto 

Tu segundo día en Oporto puede comenzar visitando uno de los barrios más sorprendentes de la ciudad, el de Miguel Bombarda. Una de las razones por la que resulta tan atractivo es por contar con la mayor cantidad de galerías de arte en toda Europa, 20. Ó! Gaeria, Trindade o Serpente son algunas en las que podrás encontrar la mejor ilustración portuguesa a precios bastante asequibles. Seguro que también te van a sorprender los grafitis que decoran gran parte de las paredes de este lugar, destacando el de Don Quijote y Sancho Panza, que recibe con sus colores sepias a todos los visitantes desde el año 2014. 

 

Día 2: tarde | El puente Don Luis I y Vila Nova de Gaia 

Al caer la tarde te recomendamos que vayas hasta el puente Don Luis I, construido en el año 1886 y uno de los iconos de Oporto. Levantada por uno de los socios del arquitecto que se encargó de hacer la Torre Eiffel de París, hay que subir a su segundo piso para ver unas vistas increíbles. Uno de los mejores momentos para hacerlo es al atardecer. 

Cruzándolo llegarás hasta Vila Nova de Gaia, una zona cercana a la ribera del río Duero donde están concentradas algunas de las más famosas bodegas de vino del país. Haciendo una ruta por ellas podrás conocer el proceso de elaboración de esta bebida que cuenta con Denominación de Origen, además de participar en pequeñas catas. Algunas de las más populares son las de Sandeman o la de Ferreira. 

De vuelta al casco histórico de la ciudad te recomendamos hacer una última parada antes de cenar en los Jardines del Palacio de Cristal. Este parque, construido a finales del siglo XIX, te permitirá descansar y desconectar mientras das un paseo de lo más agradable entre rosaledas, lagos, fuentes y pavos reales. Además, podrás divisar unas increíbles vistas del Duero y de su desembocadura en el océano Atlántico. 

 

Día 2: noche | Casa da Marquinhas, Mal Cozinhado, Estación de San Bento 

Qué mejor manera de terminar el día que yendo a una de la casas de fados más longeva de toda la ciudad, Casa da Marquinhas. Aunque estuvo cerrada durante casi 10 años, la volvió a abrir por uno de los descendientes de su fundador. Los viernes y sábados podrás escuchar cantantes de gran calidad mientras cenas platos típicos de la gastronomía portuguesa con los fados de fondo. Se encuentra ubicada en la rua de Sao Sebastiao 25-27. 

Si lo prefieres puedes acercarte hasta uno de los restaurantes de Oporto más populares de la ciudad como el Mal Cozinhado, un espacio donde la tradición del fado ha sobrevivido a lo largo de muchos años. De lunes a sábado podrás vivir esta experiencia única en directo mientras degustas algunas de sus especialidades, como los boliños de bacalao servidos con un poco de arroz de frijoles o unos rojoes a la miñota, una receta elaborada a base de carne de cerdo de Minho, una región del norte de Portugal muy cercana a este destino. Este establecimiento se encuentra en rua do Outeirinho 11. 

Si viajas hasta Oporto en tren, podrás ver no solamente la impresionante fachada de la estación de San Bento, sino también su espectacular interior, con un hall decorado con miles de azulejos que retratan la historia de Portugal. Disfruta de este bello paseo por la historia del país antes de emprender la vuelta a tu destino. 

Para desplazarte por la ciudad durante tu recorrido por Oporto en dos días, puedes subirte a su metro, el más largo de Portugal, que une el centro de la ciudad y la periferia. A diferencia del de otras ciudades, este circula por el exterior. Aun así, lo más auténtico es moverse en tranvía, que cubre 3 rutas por el centro de la ciudad. Una de ellas te lleva hasta la Foz, un paseo a la orilla del río Duero. Desde el funicular Dos Guindais verás las mejores vistas al puerto y desde el teleférico de Gaia verás la ciudad a vista de pájaro. 

Si te has quedado con ganas de más, haz una excursión por el río Duero en rabelo, una embarcación que se utilizaba para transportar cubas desde los viñedos hasta Vila Nova de Gaia. El crucero dura 1 hora y te permite descubrir Oporto desde otra perspectiva, pasando por debajo de los puentes de la ciudad. También puedes bajar al muelle en funicular o caminado. Mientras paseas, verás los grafitis que decoran sus paredes.